Para que sirve el derecho

La ley es la ley

Iustitia (“Señora Justicia”) es una personificación simbólica del poder coercitivo de un tribunal: una espada que representa la autoridad del Estado, una balanza que representa una norma objetiva y una venda que indica que la justicia debe ser imparcial[1].

Pero, después de todo, ¿qué es una ley? Cuando digo que el objeto de las leyes es siempre general, quiero decir que el derecho considera a los sujetos en masa y a las acciones en abstracto, y nunca a una persona o acción en particular. Desde este punto de vista, vemos enseguida que ya no se puede preguntar a quién corresponde hacer las leyes, puesto que son actos de la voluntad general; ni si el príncipe está por encima de la ley, puesto que es un miembro del Estado; ni si la ley puede ser injusta, puesto que nadie es injusto consigo mismo; ni cómo podemos ser a la vez libres y sujetos a las leyes, puesto que no son más que registros de nuestras voluntades.

Ha habido varios intentos de elaborar “una definición universalmente aceptable del derecho”. En 1972, el barón Hampstead sugirió que no se podía elaborar tal definición[30]. McCoubrey y White dijeron que la pregunta “¿qué es el derecho?” no tiene una respuesta sencilla[31]. Glanville Williams dijo que el significado de la palabra “derecho” depende del contexto en el que se utiliza esa palabra. Dijo que, por ejemplo, el “derecho consuetudinario primitivo” y el “derecho municipal” eran contextos en los que la palabra “derecho” tenía dos significados diferentes e irreconciliables[32] Thurman Arnold dijo que es obvio que es imposible definir la palabra “derecho” y que también es igualmente obvio que no se debe abandonar nunca la lucha por definir esa palabra[33] Es posible adoptar la opinión de que no es necesario definir la palabra “derecho” (por ejemplo, “olvidémonos de las generalidades y vayamos a los casos”)[34].

Definición de derecho español

Iustitia (“Señora Justicia”) es una personificación simbólica del poder coercitivo de un tribunal: una espada que representa la autoridad del Estado, una balanza que representa una norma objetiva y una venda que indica que la justicia debe ser imparcial[1].

Pero, después de todo, ¿qué es una ley? Cuando digo que el objeto de las leyes es siempre general, quiero decir que el derecho considera a los sujetos en masa y a las acciones en abstracto, y nunca a una persona o acción en particular. Desde este punto de vista, vemos enseguida que ya no se puede preguntar a quién corresponde hacer las leyes, puesto que son actos de la voluntad general; ni si el príncipe está por encima de la ley, puesto que es un miembro del Estado; ni si la ley puede ser injusta, puesto que nadie es injusto consigo mismo; ni cómo podemos ser a la vez libres y sujetos a las leyes, puesto que no son más que registros de nuestras voluntades.

Ha habido varios intentos de elaborar “una definición universalmente aceptable del derecho”. En 1972, el barón Hampstead sugirió que no se podía elaborar tal definición[30]. McCoubrey y White dijeron que la pregunta “¿qué es el derecho?” no tiene una respuesta sencilla[31]. Glanville Williams dijo que el significado de la palabra “derecho” depende del contexto en el que se utiliza esa palabra. Dijo que, por ejemplo, el “derecho consuetudinario primitivo” y el “derecho municipal” eran contextos en los que la palabra “derecho” tenía dos significados diferentes e irreconciliables[32] Thurman Arnold dijo que es obvio que es imposible definir la palabra “derecho” y que también es igualmente obvio que no se debe abandonar nunca la lucha por definir esa palabra[33] Es posible adoptar la opinión de que no es necesario definir la palabra “derecho” (por ejemplo, “olvidémonos de las generalidades y vayamos a los casos”)[34].

Una ley en la ciencia

Podemos entender mejor la ley cuando entendemos nuestras comunidades. Las leyes nos enseñan a comportarnos correctamente y nos informan de las reglas que todos debemos seguir. Así que, en primer lugar, tenemos que saber qué es una ley, quién hace las leyes y cómo se hacen las leyes. Empecemos.

Imagina que tú y tu familia os sentáis a jugar a un juego. En primer lugar, tendrías que conocer las reglas. Alguien de tu familia te leería las reglas del juego en voz alta. Entonces, entenderías claramente cómo se juega. Las reglas, al igual que las leyes, nos indican cómo jugar de forma justa y cómo asegurarnos de que todos son tratados de la misma manera.

Cada país tiene su propio conjunto de leyes, y cada una es única para ese país. Por ejemplo, en Estados Unidos, la ley establece que los conductores deben conducir por el lado derecho de la carretera. En Inglaterra, en cambio, la ley establece que los conductores deben conducir por el lado izquierdo de la carretera. Si usted y su familia van a viajar a Inglaterra, puede ver cómo el conocimiento de la ley puede mantenerle seguro.

Lista de leyes

En nuestro sistema democrático de gobierno, el poder legislativo aprueba las leyes, el poder ejecutivo las hace cumplir y los tribunales las interpretan cuando surgen disputas sobre su significado. Nuestro sistema de revisión judicial significa que las leyes escritas por los legisladores son sólo una parte de lo que constituye “la ley”. El derecho común -las opiniones de los tribunales que interpretan las leyes e incluso la propia Constitución- es fundacional, anterior a la formación de la República.

Estas opiniones explican y dilucidan las normas que nos rigen a todos. Los tres poderes del Estado no sólo se controlan mutuamente, sino que el público también controla al Gobierno. Por eso las opiniones de los tribunales son públicas, por eso las legislaturas aprueban proyectos de ley en un proceso abierto a la observación y los comentarios del público, y por eso el ejecutivo está sujeto a las leyes de libertad de información. La información pública significa responsabilidad pública.

Los tribunales, al igual que las asambleas legislativas, son instituciones públicas que se ocupan de los asuntos públicos. La supervisión pública garantiza que los jueces cumplan con su deber de ser árbitros neutrales e imparciales que actúan sin favorecer a ninguna de las partes. Así, con limitadas excepciones, los tribunales hacen su trabajo públicamente. En general, como miembro del público, usted es libre de entrar en la sala de un tribunal para observar los procedimientos y obtener los documentos presentados en el caso ante el tribunal.