Formas de provisión de puestos de trabajo en la administración pública

Buena administración

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Un servicio público[1] es un servicio destinado a servir a todos los miembros de una comunidad[2] Los servicios públicos incluyen los servicios prestados por un gobierno a las personas que viven dentro de su jurisdicción, ya sea directamente a través de organismos del sector público o mediante la financiación de la prestación de servicios por parte de empresas privadas u organizaciones voluntarias (o incluso por hogares familiares, aunque la terminología puede diferir según el contexto). Otros servicios públicos se prestan en nombre de los residentes de un gobierno o en interés de sus ciudadanos. El término se asocia a un consenso social (generalmente expresado a través de elecciones democráticas) de que ciertos servicios deben estar disponibles para todos, independientemente de los ingresos, la capacidad física o la agudeza mental. Ejemplos de estos servicios son el cuerpo de bomberos, la policía, la fuerza aérea y los paramédicos (véase también servicio público de radiodifusión).

Gestión pública frente a administración pública

A lo largo del siglo XX, el estudio y la práctica de la administración pública fueron esencialmente pragmáticos y normativos, más que teóricos y libres de valores. Esto puede explicar por qué la administración pública, a diferencia de algunas ciencias sociales, se desarrolló sin preocuparse demasiado por una teoría abarcadora. Hasta mediados del siglo XX y la difusión de la teoría de la burocracia del sociólogo alemán Max Weber no hubo mucho interés en una teoría de la administración pública. Sin embargo, la mayor parte de la teoría burocrática posterior se dirigía al sector privado, y se hicieron pocos esfuerzos por relacionar la teoría organizativa con la política.

Un principio destacado de la administración pública ha sido la economía y la eficiencia, es decir, la prestación de servicios públicos al mínimo coste. Este ha sido normalmente el objetivo declarado de la reforma administrativa. A pesar de la creciente preocupación por otro tipo de valores -como la capacidad de respuesta a las necesidades públicas, la justicia y la igualdad de trato, y la participación de los ciudadanos en las decisiones del gobierno- la eficiencia sigue siendo un objetivo importante.

Países menos burocráticos de europa

La Teoría de la Administración Pública es la amalgama de la historia, la teoría de la organización, la teoría social, la teoría política y otros estudios afines centrados en los significados, las estructuras y las funciones del servicio público en todas sus formas. Suele relatar los principales fundamentos históricos del estudio de la burocracia, así como las cuestiones epistemológicas asociadas al servicio público como profesión y como campo académico.

En general, existen tres enfoques comunes diferentes para entender la administración pública: La Teoría Clásica de la Administración Pública, la Teoría de la Nueva Gestión Pública y la Teoría Postmoderna de la Administración Pública, que ofrecen diferentes perspectivas de cómo un administrador practica la administración pública.

Entre las figuras importantes de estudio se encuentran: Max Weber, Frederick Winslow Taylor, Luther Gulick, Mary Parker Follett, Chester Barnard, Herbert A. Simon y Dwight Waldo. Herbert Simon propuso una teoría de la administración pública basada en el positivismo. La influencia del positivismo puede verse hoy en día en revistas como el Journal of Public Administration Research and Theory y el Journal of Policy Analysis and Management[1] Teóricos notables de la administración pública como Max Weber expresaron la importancia de los valores en el desarrollo de la teoría de la administración pública. Sin embargo, la teoría no puede derivarse simplemente de la observación empírica de los hechos, sino que debe construirse utilizando juicios de valor que dirijan nuestras observaciones empíricas y guíen nuestra interpretación de esas observaciones. Los valores son esenciales para la construcción de las teorías de la administración pública porque tienen en cuenta los principios éticos significativos y las filosofías de una cultura que garantizan la práctica adecuada de la teoría. Las teorías de la Administración Pública se ponen en práctica o se consideran a través de algunas estrategias distintas: Paralelo, Transferencia o Colaboración, también conocida como la práctica de la brecha teórica. Esta práctica se utiliza para transferir conocimientos entre profesionales y académicos[2].

Teoría de la administración pública

La administración pública es la aplicación de la política gubernamental y también una disciplina académica que estudia esta aplicación y prepara a los funcionarios para trabajar en la administración pública[1], como “campo de investigación con un alcance diverso” cuyo objetivo fundamental es “avanzar en la gestión y las políticas para que el gobierno pueda funcionar”[2] Algunas de las diversas definiciones que se han ofrecido para el término son: “la gestión de los programas públicos”;[3] la “traducción de la política a la realidad que los ciudadanos ven cada día”;[4] y “el estudio de la toma de decisiones del gobierno, el análisis de las propias políticas, los diversos insumos que las han producido y los insumos necesarios para producir políticas alternativas”[5] La palabra administración pública es la combinación de dos palabras: público y administración. En todos los ámbitos de la vida social, económica y política existe la administración, lo que significa que para el buen funcionamiento de la organización o institución hay que gobernarla o gestionarla adecuadamente y de este concepto surge la idea de administración.