Otra placa con dueño que quita el sueño

nutrición en harvard

La privación del sueño (SD) influye en procesos fisiológicos como la función cognitiva. El equilibrio de los marcadores oxidantes y antioxidantes, los factores neurotróficos y el magnesio se ven afectados por la privación del sueño, pero no hay diferencias entre la privación del sueño antes y después del entrenamiento. Este estudio se diseñó para investigar la recuperación de la memoria y los factores bioquímicos como las enzimas oxidantes y antioxidantes, el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y los niveles de magnesio en el hipocampo tras la privación del sueño antes y después del entrenamiento.

Se utilizaron ratas Wistar macho (con un peso de 200 ± 20 g) en los siguientes grupos: control 1, 24, 48 y 72 h SD antes del entrenamiento, control2, 24 h SD1 después del entrenamiento (siendo evaluado 24 h después del entrenamiento) y SD2 24 después del entrenamiento (siendo evaluado 48 h después del entrenamiento). La memoria se evaluó 90 min, 24 h o 48 h después del entrenamiento mediante el aparato de evitación pasiva por pasos. Se utilizó el método de plataformas múltiples para inducir la DS. Se evaluaron los marcadores oxidantes y antioxidantes, incluyendo el glutatión (GSH), la glutatión reductasa (GPx), el malonedialdehído (MDA), la concentración total de antioxidantes, la catalasa, la superóxido dismutasa (SOD), el magnesio y el BDNF en el hipocampo y/o el cerebro.

3 horas de sueño

El deterioro cognitivo es una característica que se observa en pacientes de edad avanzada con diversas enfermedades, como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer (1-3), y es un importante problema sanitario que se prevé que empeore en un futuro próximo. Una cognición adecuada es crucial para comprender hechos importantes, pero la prevalencia de las alteraciones cognitivas aumenta bruscamente después de los 65 años y en personas con una forma más avanzada de deterioro cognitivo (4). Hughes et al. encontraron una asociación significativa entre las alteraciones del sueño y la disfunción cognitiva (5). La privación del sueño contribuye al deterioro cognitivo y al desarrollo de enfermedades neurodegenerativas (6, 7). Sin embargo, aún no están claros los mecanismos por los que la privación del sueño influye en el deterioro cognitivo.

La barrera hematoencefálica (BBB) es una interfaz multicelular dinámica entre el sistema nervioso central (SNC) y el sistema circulatorio sanguíneo, que regula el intercambio de material entre la circulación y el parénquima cerebral, y mantiene la homeostasis del SNC (8). La BBB se compone principalmente de células endoteliales microvasculares cerebrales, astrocitos, pies gliales, pericitos y la membrana basal (BM) (9). Las células endoteliales de la microvasculatura cerebral, interconectadas con uniones estrechas, forman la barrera principal de la BBB (10, 11). La alteración de la BBB es uno de los principales factores asociados al desarrollo de la disfunción cognitiva postoperatoria (POCD). Zhu et al. descubrieron que las células inmunitarias periféricas participaban en la reacción inflamatoria dentro del hipocampo, tras la administración de anestesia por inhalación y la destrucción de la BBB (12). El aumento de la permeabilidad de la BBB da lugar a elementos nocivos, como factores proinflamatorios, especies reactivas de oxígeno y neurotoxinas, que se infiltran en el cerebro y desencadenan lesiones neuronales (13). Un estudio de Ni et al. demostró que la cirugía destruía la BBB y provocaba una disfunción cognitiva en ratas envejecidas (14).

la glándula pituitaria y la apnea del sueño

La cantidad y la calidad del sueño se ven constantemente amenazadas por el trabajo por turnos, el ritmo acelerado de la economía de 24 horas, el estilo de vida y muchos factores de estrés psicológico endémicos de nuestra sociedad moderna (1). Es bien sabido que el sueño es vital para la supervivencia de prácticamente todos los organismos avanzados, y que su falta amenaza el bienestar y da lugar a una desregulación del sistema de estrés. No es raro que las presiones sociales pongan en peligro el tiempo y la calidad del sueño al prolongar las horas de trabajo hasta altas horas de la noche para satisfacer las crecientes demandas de productividad y programación. ¿Cómo puede afectar esta noche de privación de sueño a la forma en que el cuerpo responde a los factores de estrés del día siguiente? La privación del sueño es en sí misma una experiencia estresante, que prepara al cuerpo para volver a la homeostasis contrarrestando sus efectos mediante varios mecanismos (2), la mayoría de los cuales son desconocidos. Lo que sí se sabe es que la falta de sueño tiene profundas consecuencias negativas sobre el metabolismo, la respuesta inmunitaria, la memoria y la supervivencia (3-5). Además, un trabajo reciente en humanos descubrió que una sola noche de privación de sueño aumenta la acumulación de proteínas asociadas al riesgo de enfermedad de Alzheimer (3). Por lo tanto, la identificación de los cambios moleculares desencadenados por la privación del sueño que, en última instancia, podrían conducir a la enfermedad, es imperativa para el desarrollo de mejores herramientas de diagnóstico y terapias de intervención dirigidas.

el tumor hipofisario y el sueño

La cantidad y la calidad del sueño se ven constantemente amenazadas por el trabajo por turnos, el ritmo acelerado de la economía de 24 horas, el estilo de vida y muchos factores de estrés psicológico endémicos de nuestra sociedad moderna (1). Es bien sabido que el sueño es vital para la supervivencia de prácticamente todos los organismos avanzados, y que su falta amenaza el bienestar y da lugar a una desregulación del sistema de estrés. No es raro que las presiones sociales pongan en peligro el tiempo y la calidad del sueño al prolongar las horas de trabajo hasta altas horas de la noche para satisfacer las crecientes demandas de productividad y programación. ¿Cómo puede afectar esta noche de privación de sueño a la forma en que el cuerpo responde a los factores de estrés del día siguiente? La privación del sueño es en sí misma una experiencia estresante, que prepara al cuerpo para volver a la homeostasis contrarrestando sus efectos mediante varios mecanismos (2), la mayoría de los cuales son desconocidos. Lo que sí se sabe es que la falta de sueño tiene profundas consecuencias negativas sobre el metabolismo, la respuesta inmunitaria, la memoria y la supervivencia (3-5). Además, un trabajo reciente en humanos descubrió que una sola noche de privación de sueño aumenta la acumulación de proteínas asociadas al riesgo de enfermedad de Alzheimer (3). Por lo tanto, la identificación de los cambios moleculares desencadenados por la privación del sueño que, en última instancia, podrían conducir a la enfermedad, es imperativa para el desarrollo de mejores herramientas de diagnóstico y terapias de intervención dirigidas.